lunes, 20 de abril de 2015

Jesucristo, mito y leyenda. Parte 1

Indice:
Jesucristo, mito y leyenda. Parte 1
Jesucristo, mito y leyenda. Parte 2
Jesucristo, mito y leyenda. Parte 3
Jesucristo, mito y leyenda. Parte 4
Jesucristo, mito y leyenda. Parte 5

La existencia de Jesucristo se ha puesto en duda durante muchos años.

Hasta mediados del siglo XVIII no se planteaba la duda sobre la veracidad y fiabilidad histórica de los relatos evangélicos. A partir de entonces, comienza a cuestionarse desde las corrientes filosóficas del racionalismo alemán. Son los protestantes alemanes quienes empiezan a buscar una respuesta a estas cuestiones, abriéndose así lo que se ha llamado la Búsqueda del Jesús histórico.

En esta entrada, iremos profundizando en el mito de la figura de Jesus y como se ha ido creando este personaje. Pero para ello, debemos ir poco a poco e ir entendiendo como hemos analizado este estudio.

1. La investigación Historica.
El método histórico de investigación se puede emplear para garantizar el significado y confiabilidad de los hechos pasados en las ciencias de la naturaleza, el derecho, la medicina, la religión o cualquier otra disciplina.

Un investigador debe seguir una serie de pasos que tendrá en cuenta para que su investigación histórica tenga un resultado veraz. Estos pasos a seguir son:
- Encontrar fuentes primarias: a) recoger la información de testigos oculares de los hechos que se investigan, o b) recoger información de personas que hayan oido hablar de dichos hechos. c) Recoger objetos que hayan tenido relación directa con el suceso en cuestión, tales como manuscritos, cartas, redacciones, memorias personales, etc.
- Encontrar fuentes secundarias: normalmente, un historiador se ve obligado a utilizar mas este método, debido a que cuando hacemos búsquedas de hechos pasados, las fuentes primarias son muy difíciles de conseguir. En este apartado entrarían aquellas personas que no han tenido una relación directa con el suceso, objeto o persona en cuestión. Estos datos debemos tomarlos en las enciclopedias, diarios, publicaciones periódicas y otros materiales de consulta.

Las fuentes del historiador son:
- archivos oficiales: documentos legislativos, judiciales o ejecutivos, elaborados por los gobiernos federales, locales, tales como constituciones, leyes, cédulas, actas y decisiones jurídicas; listas impositivas y estadísticas vitales; datos conservados por las iglesias como actas de bautismos, casamientos, reuniones parroquiales y registros financieros; información recopilada por los departamentos federales, comisiones especiales, organizaciones profesionales, consejos escolares o autoridades administrativas tales como minutas de las reuniones, informes de comisiones, órdenes o directivas administrativas, estudios de escuelas, informes anuales, presupuestos, cursos , horarios de clase, listas de sueldos, registros de asistencia, archivos médicos, informe de accidentes y registros atléticos
- archivos personales: diarios, autobiografías, cartas, testamentos, legados, escrituras, contratos, notas para conferencias y borradores originales de discursos, artículos y libros.
- tradiciones orales: mitos, leyendas populares, cuentos de familia, danzas, juegos, ceremonias, relatos de sucesos formulados por testigos oculares y grabaciones.
- archivos pictóricos: fotografías, películas, microfilmes, dibujos, pinturas y esculturas.
- material de publicaciones: artículos de diarios, folletos y publicaciones periódicas; trabajos literarios y filosóficos.
- archivos mecánicos: grabaciones de entrevistas y reuniones, discos fonográficos.
- objetos procedentes del pasado: restos físicos (edificios, instalaciones, muebles, enseres, vestimentas, utensilios, joyas y restos de esqueletos), material impreso (libros, formularios de archivos, contratos, formularios de asistencia, boletines de calificaciones y avisos de diarios), y material manuscrito (manuscritos, dibujos y ejercicios de alumnos).

2. La fiabilidad de una prueba
El historiador examina cuidadosamente cada uno de los elementos de que dispone y procura determinar qué grado de confiabilidad posee. Una parte esencial de su trabajo consiste en verificar si un documento contiene errores involuntarios o es un fraude deliberado. Cualquier investigador que no adopte estas precauciones comete un grave error, porque cuando la investigación se basa en fuentes poco confiables es trabajo perdido. El historiador debe someter sus fuentes a una rigurosa crítica externa e interna, a fin de proporcionar a la humanidad un relato verídico de los sucesos pasados.

A. la crítica externa verifica la autenticidad y la validez de un documento o vestigio. Para descubrir los orígenes de una fuente material se pregunta lo siguiente: 
- cuándo o por qué fue elaborado el documento
- quién fue el autor o creador
- si escribió el material el autor a quien se le atribuye
- si es ése el original o bien es una copia exacta del trabajo del autor.

La determinación de la autoría es una prueba que el historiador debe realizar con frecuencia, puesto que algunos documentos no incluyen el nombre del autor, ocultan su identidad con un seudónimo, o bien mencionan como autor a alguien que no tuvo en el trabajo ninguna participación significativa. Para determinar la autoría es necesario un trabajo riguroso de investigación para rastrear documentos anónimos y sin fecha, descubrir falsificaciones o plagios, hallar elementos identificados de manera incorrecta o devolver a un documento su forma original. Durante la búsqueda de indicios se deben examinar atentamente los materiales de que se dispone y preguntarse si son tópicos de otros trabajos del autor y del período en que fue escrito el documento, el lenguaje, el estilo, la ortografía, el manuscrito y la impresión de este último; si el autor manifiesta una ignorancia impropia de un hombre con su formación cultural, si escribió sobre sucesos, cosas o lugares que un hombre de su época no podía conocer, si alguien alteró el manuscrito con o sin intención al copiarlo de manera incorrecta, o bien agregando o eliminando pasajes; si se trata de un original o una copia del trabajo del autor; si el manuscrito no tiene fecha o se desconoce al autor, si hay algún indicio interno en el documento que revele su origen.

B. La crítica interna consiste en determinar el significado y confiabilidad de los datos que contiene el documento, consiste en determinar las condiciones en que se produjo el documento, la validez de las premisas intelectuales sobre las que se basó el autor y la interpretación correcta de los datos. 
El investigador puede determinar si el autor escribe seriamente, con humor, con ironía, o de manera simbólica. También le será posible decidir si el autor expresa sus verdaderos sentimientos o emplea frases piadosas, gentiles o convencionales, para agradar al público. 
El historiador debe mantener su escepticismo con respecto al contenido de una fuente hasta que pueda cerciorarse de que el autor se hallaba en condiciones de expresar la verdad y deseaba hacerlo. Para realizar esta indagación, se pregunta si otras autoridades en la materia consideran al autor como un observador competente y confiable; si contaba con los medios, la preparación técnica y las condiciones necesarias para observar los hechos acerca de los cuales pretende informar; si es posible que factores tales como las tensiones emocionales, la edad o el estado de salud ocasionaran errores en sus observaciones o inexactitudes en su informe; si se basan sus informaciones en la observación directa, en relatos ajenos o en otras fuentes; si redactó el documento en el momento en que realizó la observación o lo hizo semanas o años más tarde; si lo redactó sobre la base de notas tomadas cuando efectuó sus observaciones o apeló a su memoria; si tenía prejuicios con respecto a algún país, región, raza, religión, persona, partido político, grupo social o económico, organismo profesional, período histórico, método de enseñanza o filosofía educacional, que pudieran ejercer influencia sobre su trabajo; si financió alguien su labor de investigación, con la esperanza de obtener un informe favorable a una causa determinada; si el autor trabajó en condiciones económicas, políticas, sociales o religiosas que pudieran hacerle ignorar, interpretar incorrectamente o tergiversar ciertos hechos; si fue su trabajo motivado por la malicia, la vanidad o el deseo de justificar sus actos; si su objetivo consistió en lograr la aprobación de las generaciones venideras o en agradar u hostilizar a algún grupo; si distorsionó o embelleció los hechos para obtener mejores efectos literarios; si existen contradicciones en su trabajo, y; si coinciden con su informe los escritos de otros observadores idóneos de distintos antecedentes.

3. Conclusión de la investigación historica
La investigación histórica trata de la experiencia pasada, describe lo que era y representa una búsqueda crítica de la verdad que sustenta los acontecimientos pasados. El investigador depende de fuentes primarias y secundarias las cuales proveen la información y a las cuáles el investigador deberá examinar cuidadosamente con el fin de determinar su confiabilidad por medio de una crítica interna y externa. En el primer caso verifica la autenticidad de un documento o vestigio y en el segundo, determina el significado y la validez de los datos que contiene el documento que se considera auténtico

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