martes, 7 de abril de 2015

Carlos Mesa: El origen de las Religiones y los Anunnaki


La palabra Yahvé está formada por las consonantes del Tetragrámaton YHVH o YHWH (Yod Hey Vav Hey), con las vocales incorporadas en el texto masorético de una palabra distinta, Adonai (Señor) o HaShem (Omnipotente). Cuáles fueran las vocales originales, es una cuestión de especulación, porque debido a una interpretación de textos tales como Éxodo 20,7 y Levítico 24,11, el nombre llegó a ser considerado demasiado sagrado como para que fuera posible expresarlo. Porque este mismo Dios Yahvé así dijo: Muera irremediablemente el que blasfeme el nombre del Señor, acabará con él a pedradas todo el pueblo, ora sea ciudadano o bien extranjero, quien blasfeme el nombre de su Señor, muera sin remedio (Lev. 24,16).
Los escribas, al encontrárselo escrito, lo pronunciaron como Adonai y vocalizaron las consonantes YHVH con las vocales correspondientes a dicha palabra Adonai. Los traductores del hebreo, ignorando lo que habían hecho los escribas, leyeron la palabra y la transcribieron tal y como aparecía escrita, y tomaron los signos de las vocales como elementos intrínsecos del nombre de Dios en lugar de lo que era un mero recordatorio para que no se pronunciara. El resultado de este malentendido ha sido el término Jehová o Yahvé.
Las pruebas que nos han llegado de los padres griegos de la Iglesia demuestran que las formas Yavé y Yaó son tradicionales, así como las formas abreviadas del hebreo de las palabras Yah (Sal. 68, 4, por ejemplo) y Yahú (o Jahú), en nombres propios. Indica que en origen el nombre se pronunciaba Yawé o Yahvé. En su sentido etimológico, es la tercera persona del singular, imperfecto, del verbo havá (o hayá), que significa “ser”.
Los antiguos intérpretes explican el verbo de forma abstracta y metafísica: el “Yo soy el que soy” o el “Yo soy el que es”, es decir, lo que existe de una forma absoluta, en lugar de tomarlo literalmente. Para complicar más las cosas, los sumerios afirmaban que sus dioses llegaron del planeta Nibiru. Este es el listado de los primeros pobladores descendientes del cielo, en Sumer: Anu, Nammu, Inanna, Enki, Enlill, Utu y Nanna. Al parecer hubo uno, Enlil, que estuvo ayudando a un pueblo mesopotámico. Nibiru era el Planeta de los Anunnaki, que se apoderaron de la Tierra hace como 450000 años. De allí descendieron los “dioses” sumerios. Estos mismos Anunaki son mencionados en la Biblia como los “nefilim”.

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